lunes, 27 de septiembre de 2010

El cuento de la gestión "in" de la demanda

Hay que reconocer que cuando los gestores de medio pelo hablan de la gestión de la demanda, lo hace como si la misma fuese algo muy "in". El problema que ha sucedido con ella viene dado por las posibles erratas y el desconocimiento de la significación que puede tener el sonido [ĩn] según distintas formas de escribirlo o según se anteponga o postponga.

El resultado del desconocimiento de lo que es la gestión de la demanda, ha dado lugar a diversas actitudes por parte de según que gestor, y según sople el viento. Desde luego en las altas esferas, la única gestión que dicen conocer (eso dicen), es la gestión "in": autonomía a directores y profesionales que busque ordenar la atención y permitir la máxima satisfacción a ciudadanos, sin convertir los centros de salud en una "viña sin vallao".

Sin embargo muchos directores de área, distrito, de ZB y UGC (no todos) faltaron el día que explicaron en la EASP lo que es demora y lo que es gestión "in" de la demanda. La demora se entiende que acaece cuando a un paciente se le tarda en atender más de 24 horas tras solicitar cita en atención primaria. Se ve que muchos ni siquiera vieron barrio sésamo de pequeños y no distinguen horas de minutos o segundos, así que han acuñado un nuevo término, basado en la propiedad conmutativa (faltaron también a matemáticas y no saben lo que es), dando lugar a una transposición de palabras, con tan nefastas consecuencias como cuando de grandes vasos se trata: en lugar de gestión "in", traspusieron las palabras y las transformaron en in-gestión de la demanda, es decir: "la demanda te la comes con patatas y ketchup -para que las coronarias se obstruyan lo antes posible-".

Hay otro tipo de gestores que incluso tienen faltas de ortografía (se ve que la lengua no era lo suyo), y han adoptado un nuevo estilo de gestión: la gestión hin, que suena igual de bien que la primera pero tiene connotaciones nefastas.

Y me despido con un refrán que no tiene nada que ver con la entrada (los mal pensados creerán que la foto y el refrán sí que tienen que ver):

"El que nace para mulo del cielo le cae el arnés."

He estado buscando otro que dijera más o menos "el que nace gestor, desde arriba lo señala un dedo", pero lo del mulo es lo más parecido que he encontrado, aunque no tenga absolutamente nada que ver (Dios me libre).

Esperemos que algún día se decidan a convocar esas plazas por concurso oposición o al menos por concurso de méritos, en lugar de hacer un concurso de popularidad, quiero decir de impopularidad (la partícula im también hace de las suyas según donde se coloque).

Ni que decir tiene que esto no ocurre en ningún lugar. Es el borrador de un guión de una comedia que estoy preparando y para el que espero vuestras aportaciones.


lunes, 20 de septiembre de 2010

Comisiones de servicio. Como cabrear a todo el mundo.


Imagínense por un momento que estamos a punto de resolver un traslado y una oposición. Supongamos también que existe un servicio público de empleo que básicamente sirve para dar empleo a los que trabajan ya en él, pues no parece poder asumir la impresionante tarea que realizan las bolsas de trabajo en empresas públicas. Estas bolsas de trabajo tienen entre sus labores inestabilizar la plantilla, procurar que nadie conozca el nombre de su médico (porque cambia) y le encanta hacer que los médicos y enfermeros quemen gasolina, sin permitir permutas. Por supuesto, sus criterios para contratar son opuestos a la razón y la lógica más elemental. Así, mientras el Servicio Andaluz de Empleo prioriza buscar trabajo a los parados de larga duración, la bolsa prima a los que más trabajan, para desespero de los que nunca han trabajado, de los más jóvenes y los parados de larga duración.

Mezclemos y agitemos todo esto.

El otro día me preguntaba un colega que creía yo que iba a ocurrir en la segunda quincena de septiembre cuando, por fin tras sólo 3 años, se resolviese la OPE 2007, ante la avalancha de solicitudes de comisiones de servicio y los numerosísimos cambios que se esperaban. Inmediatamente pensé una solución fácil:

1.- Preguntar a todos los interinos que no han obtenido plaza en la OPE, si estaban dispuestos a mantenerse en la misma plaza que ocupan en la actualidad.

2.- Abrir un plazo previo a la toma de posesión para solicitar comisiones de servicio, únicamente hacia la plaza que cubriesen en la actualidad.

3.- Dar todas las comisiones de servicio que se solicitasen siempre y cuando la plaza que fuesen a tomar en posesión tuviese a un interino dispuesto a quedarse en ella.

Fácil, simple, contenta a los profesionales y evita cambios de médicos a los usuarios.

Pero, ¿que es lo que pienso que van a hacer?

1.- Habrá algunos profesionales que ni siquiera se incorporen a la plaza (cargos intermedios y no tan intermedios - las malas lenguas les llaman enchufados, pero yo no -).

2.- La mayoría tomará, bastante cabreados, posesión y desplazarán hacia la bolsa a los interinos o eventuales.

3.- Los interinos serán reubicados por la bolsa procurando cabrearlos.

4.- Los pacientes (de los propietarios y de los interinos cabreados) se cabrearán pues están hartos de cambiar de médico y que el nuevo venga cabreado.

5.- Se comenzarán a dar comisiones de servicio (días antes de la toma de posesión del próximo traslado que se convoque -2012 calculo yo con suerte-), aunque no será hacia el cupo que ocupaban antes, para que no pierdan todo el cabreo adquirido. Al cupo al que lleguen volverá a cabrearse.

Y así será posible mantener cabreados y distraidos a pacientes y médicos de problemas más importantes que les acechan.

Esto no me lo he inventado yo. Viene en el "manual vasico de jestión de henpresas puvlicas", del que desconozco el autor, pero me consta que ha sido revisado extensamente desde el punto de vista del lenguaje no sexista.

Que sepáis que esto no es más que una fábula y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Conflicto de intereses y de circunstancias.


“Yo soy yo y mis circunstancias”

José Ortega y Gasset

Es hoy norma generalizada, el encontrar en las publicaciones científicas la declaración del conflicto de intereses. A todos nos parece bastante lógico poner en cuarentena las conclusiones de un estudio científico sobre un fármaco que esté patrocinado de forma directa (se financia directamente la investigación) o indirecta (el investigador recibe financiación por parte del patrocinador, aunque dicha financiación no esté destinada directamente a la investigación en curso) por un laboratorio al que le interese vender el fármaco (llamemos a esto un conflicto de interés directo) o por otro al que le suponga una competencia para sus propios productos (llamemos a esto un conflicto de interés indirecto). Sin embargo, no termina de ser habitual el exponer detalladamente todo aquello que pudiera ser considerado un conflicto de intereses en este campo. Al hacer una declaración de intereses, se exponen generalmente los conflictos de interés directos, cuando se ha recibido una financiación directa, siendo mucho más infrecuente el declarar otros tipos de conflictos.

Pero no es de conflictos de intereses de lo que quiero escribir, sino de los conflictos de circunstancias. Estos son mucho más ocultos y tal vez más trascendentales en algunas ocasiones. No dejan de ser conflictos en los que al final se pone en juego unas rentas que pueden no ser dinerarias, aunque de una u otra forma pueden traducirse en un beneficio económico: prestigio que se traduce en más clientes en una consulta privada, en contratos como conferenciante, en mayores ventas para un libro, y por qué no, en mayor número de visitas en un blog que se traducen en mayores ingresos publicitarios.

Pero expliquemos lo que quiero decir. Existe un conflicto de circunstancias cuando las circunstancias personales (lugar donde se trabaja, cupo con el que se trabaja, número de pacientes que se atienden, ayuda de otros profesionales, actividad privada, especialidad que ejerce o que posee y potencialmente pudiese ejercer, circunstancias familiares, tendencias políticas o creencias religiosas) pudieran influir en las conclusiones de un estudio o en las declaraciones que se hacen públicamente o en lo que se escribe en una editorial de una revista científica. Por supuesto, hay conflictos de circunstancias que gozan de protección legal y no tienen que ser declarados (tendencias políticas o creencias religiosas), aunque se echen de menos.

Pongamos algunos ejemplos:

¿Podría estar influido un estudio sobre la conveniencia de circuncisión a todos los recién nacidos, por la religión que profesen los investigadores?

¿Podría estar influido un estudio que comparen sistemas sanitarios públicos y privados por las tendencias políticas de los autores?

¿Podría estar influido un estudio sobre el profesional idóneo para atender una patología, circunstancia fisiológica (embarazo) o una etapa vital (infancia, adolescencia, senectud), por la especialidad que se ejerce o se posee?

¿Podría estar influido un estudio sobre factores de riesgo que precisarán valoración por un médico, por el hecho de que los investigadores tuviesen ejercicio público o privado?

¿Podría estar influida una opinión en una editorial por el hecho de trabajar en atención primaria, secundaria o terciaria?

¿Importaría conocer el número de pacientes que atiende a diario? ¿Si dispone de enfermera? ¿Si tiene una reducción de jornada por liberación sindical o por asunción de otras tareas distintas a las directamente asistenciales? ¿Si dispone de un servicio de urgencia que atienda a todos los pacientes no citados? ¿Si realiza guardias?

Dicho o preguntado de otro modo:

¿Debemos tener en cuenta las conclusiones de un grupo de cardiólogos con ejercicio privado sobre la conveniencia de evaluación cardiológica especializada de todos los pacientes con TDAH antes de iniciar tratamiento farmacológico? ¿y si a la hora de firmar o declarar el conflicto de intereses sólo ponen que no reciben ningún tipo de ayuda de ningún laboratorio farmacológico?

¿Debemos escuchar a quien no trabaja en atención primaria sobre la mejor forma de organizar la atención pediátrica? ¿y si al firmar lo hace como pediatra de atención primaria aunque se encuentre en una dirección de zona básica sin carga asistencial?

¿Debemos escuchar al Ginecólogo con consulta privada que defiende la necesidad de visitas mensuales con ecografía incluida durante un embarazo normal? ¿Y si se trata de un pediatra con consulta privada que desea alargar la edad pediátrica hasta los 21 años? ¿Debemos escuchar a un liberado sindical con gabinete radiológico privado sobre las indicaciones de la radiología de tórax en atención primaria? ¿y si ninguno declara estas circunstancias?

Digamos, que yo soy bastante curioso y me gustaría conocer más a menudo las circunstancias que rodean a las personas que abogan por determinado modelo asistencial, por la atención a determinado tramo de edad, por determinada técnica diagnóstica, por determinada técnica terapéutica y, desgraciadamente, tengo una extrema tendencia a pensar mal, tal vez, porque se mezclan en mí tendencias suicidas (pensar es un acto cuasi autolítico –parafraseando a Cioran, “todo pensamiento, es un pensamiento de más”* o más coloquialmente "pensar es perder"-) y perfeccionistas (no me gusta equivocarme y ello me obliga a pensar mal -"piensa mal y acertarás" dice el refranero español-).

Ojalá todo el que concluye u opina algo que implica más a los demás que a él mismo, fuese consciente de todos los malos pensamientos que innecesariamente provoca...

Y ahora, es cuando debo aclarar mis conflictos de intereses y mis circunstancias: yo, soy...


Yo soy un provocador.


*“Toda palabra, es una palabra de más”

EM Cioran

viernes, 3 de septiembre de 2010

Gripe y calma: un grupo sanitario virtual ante la gripe A (2009-2010)

En la primavera y el verano de 2009, las noticias de los medios de comunicación sobre la denominada gripe A eran cada día que pasaba más frecuentes, alarmistas y agobiantes. El escenario que se pintaba era casi dantesco y las previsiones de las autoridades sanitarias apuntaban a una pandemia que segaría la vida de muchas decenas de miles de personas en todo el mundo.


Sin embargo, ya en agosto de 2009 se podía presumir que el desarrollo de la pandemia en el otoño-invierno boreal sería como el que había tenido lugar durante el invierno el hemisferio sur (Argentina, Australia, Chile, Nueva Zelanda, Uruguay y otros países) y en los últimos meses de la primavera en el hemisferio norte (Canadá, EE. UU., México y otros países). Tanto los datos epidemiológicos publicados, como nuestra percepción en el día a día, iban demostrando que la morbilidad y la mortalidad por gripe A eran menores incluso que las que correspondían a una epidemia gripal estacional habitual. Este benigno comportamiento contrastaba enormemente con el de las autoridades sanitarias, cuyos diversos y correlativos planes de contingencia (diferentes para cada comunidad autónoma) causaban un importante impacto en la organización de los servicios y en el coste sanitario, además de acrecentar la alarma social. De hecho, en las consultas de atención primaria se percibía un estado creciente de inquietud de la población. Ejemplos como consultas sobre el aborto voluntario para evitar daños con la epidemia de gripe o jóvenes asustados por la aparente especial susceptibilidad de éstos al “nuevo” virus, no eran raros en las consultas de medicina y enfermería.

Movidos por el cariz que estaban adquiriendo los acontecimientos, diversos profesionales del ámbito de la sanidad española (médicos de cabecera, pediatras, farmacéuticos, residentes de Medicina de Familia, estudiantes de Medicina y otros) cuyo único denominador común era el editar blogs y páginas web, decidimos tomar cartas en el asunto y agruparnos con el fin de buscar, analizar, elaborar y difundir información rigurosa y veraz sobre la pandemia de gripe A y sobre la respuesta más prudente y científica a la misma.


El movimiento empezó a mediados de agosto de 2009 y cuajó con el nombre, emblema y resumen de “gripeycalma”, pues lo que se pretendía era poner, ante la gripe A, tranquilidad en la población y los profesionales. El trabajo se llevó a cabo de forma coordinada utilizando nuevas tecnologías de comunicación en red, lo cual constituye una experiencia innovadora y quizá única en nuestro país. Como producto inicial del trabajo realizado, se difundió al unísono, tal día como hoy, en todos los blogs participantes en la iniciativa, un comunicado en el que se analizaba la situación epidemiológica y se proponían una serie de consejos dirigidos a la ciudadanía. Asímismo, se creó un blog (Gripe A: ante todo mucha calma) que sirvió como plataforma común del movimiento, desde donde se fueron poniendo a disposición de todos nuevos documentos (propuestas de organización, preguntas y respuestas), con traducciones a varios idiomas y en diferentes formatos (vídeo, presentación, hojas de divulgación, etc).


El eco a la iniciativa fue inmediato e intenso. Se sumaron más blogs, tanto de profesionales sanitarios como de población general interesada en la salud, hasta llegar casi a las 200, y la página del grupo tuvo, en apenas 3 meses, unas 80.000 visitas. Y, efectivamente, en la práctica se logró transmitir por la Red, a través de las comunidades virtuales, el mensaje que se buscaba ante la gripe A, de calma y tranquilidad, de sosiego y racionalidad, tanto a la población como a los propios profesionales sanitarios. El impacto llegó incluso a las autoridades, que moderaron su respuesta.

El final de la historia se puede escribir y de hecho lo estamos escribiendo al cabo de un año del nacimiento de la iniciativa. La gripe A tuvo su pico de mayor incidencia a mediados de noviembre de 2009 y ha sido una gripe suave, con escaso impacto en morbilidad y mortalidad. La llamada a la calma tenía pues fundamento científico y poco a poco se fue desvelando que los escenarios apocalípticos no tenían razón de ser. Solo esperamos que la experiencia de esta pandemia sirva para mejorar y manejar, de forma más eficiente y ponderada, crisis futuras, evitando, en la medida de las posibilidades, caer en un consumo desmedido de recursos - que siempre implica dejar de atender otros problemas - y en una desproporcionada oleada de pánico colectivo.


Este texto cierra el primer episodio de la unión temporal de blogs y páginas de profesionales sanitarios y de otros relacionados con la salud en la Red. Muchas gracias a todos los que han colaborado de una u otra forma y a los que han visto y sentido a gripeycalma como lo que es: una iniciativa profesional que ha buscado ir más allá de nuestras consultas y puestos de trabajo. Solo hemos pretendido llevar un mensaje de sentido común y a la vez científico a la población y a los profesionales sanitarios, comunicar nuestro saber y entender sobre un problema de salud, en este caso ante la gripe A. Gracias al trabajo de muchos y al poder que nos brindan las nuevas tecnologías de la información, se puede decir que lo hemos conseguido.


Unión temporal de blogs (UTB) Gripe y Calma